
“Acompañar, estar al lado, es nuestra gran misión”. Nos ayudaremos mutuamente con la oración, el diálogó y la alegría de ser: “Amigos de Don Orione”.
11 de Febrero :
LOURDES, LA EUCARISTÍA
Y LA PASTORAL DE LOS ENFERMOS,
ALGO PARA VIVIR
LOS MENSAJES DE ESTA FECHA SANTA
Queridos Cofrades, Hermanas y Laicos.
Se celebra el 150° aniversario de las apariciones de la Virgen en Lourdes.
Los mensajes de este día, 11 de febrero de 2008, son indicados por el Papa Benedicto XVI en su Mensaje para el XVI Día Mundial del Enfermo.
En el mismo leemos: "El 11 de febrero, memoria de la Beata Virgen de Lourdes, se celebra el Día Mundial del Enfermo, ocasión propicia para reflexionar sobre el sentido del dolor y sobre el deber cristiano de hacerse cargo del mismo en cualquier situación se presente. Este año, tan significativa solemnidad, se enlaza a dos acontecimientos importantes para la vida de la Iglesia, como ya se entiende por el tema elegido "La Eucaristía, Lourdes y el cuidado pastoral de los enfermos". De esta manera se aprovecha una extraordinaria oportunidad para considerar la estrecha conexión entre el Misterio Eucarístico, el rol de Maria en el proyecto de salvación y la realidad del dolor y el sufrimiento del hombre".
Centralidad de la Eucaristía en nuestras obras para el cuidado del enfermo o minusválido, en los Pequeños Cottolengos.
Eucaristía, Lourdes, pastoral de los enfermos: ¿qué quiere decir para nosotros?
Significa curar, frecuentar y hacer frecuentar la Capilla en nuestras casas y en los pabellones destinados a los enfermos. Evidentemente en las formas posibles. Significa celebrar la Misa con los enfermos y con los que los cuidan, a menudo.. Significa organizar y favorecer la oración cotidiana, la comunión y la confesión de nuestros enfermos, viviendo la convicción de Don Orione de que la Eucaristía "es el fulcro de todas las actividades del día"(Parola III, 35).
Don Orione advirtió fuertemente la estrecha unión entre la Eucaristía y el apostolado de la caridad al que, él y su Familia religiosa, se dedican. "Todo tiene que ser basado en la Santa Eucaristía: no hay otra base, no hay otra vida, sea para nosotros que para nuestros queridos pobres. ¡La mejor caridad que se puede hacer a un alma es darle a Jesús! Y el más dulce consuelo que podemos darle a Jesús es de darle un alma. Éste es su reino", (Nel nome della Div.Provvidenza, p. 69-70). Muchos de nuestros institutos y obras de caridad se han vuelto, prácticamente, "profanas." Benedicto XVI nos solicita: "Las Capillas en los Centros sanitarios se conviertan en el corazón pulsante en los cuales Jesús se ofrece continuamente al Padre por la vida de la humanidad. También la distribución de la eucaristía a los enfermos, realizada con decoro y espíritu de oraciòn, es un verdadero consuelo para el que sufre y es afligido por cualquier forma de enfermedad". Y es evangelización y testimonio para el personal laico y para cuántos conocen y frecuentan las "obras de caridad".
Sabemos que Don Orione trasladó el espíritu benedictino del “ora et labora-reza y trabaja" a la vida agitada, pero, a su modo serena y contemplativa, del Pequeño Cottolengo. A menudo repitió que en este tipo de Casas tiene que reinar la "laus perennis-alabanza continua" a lo largo de las horas del día mediante la oración, la celebración y comunión eucarística, la actitud de fe.
"¿Qué se hace en el Pequeño Cottolengo? Se hacen Comuniones. ¡Se reza y se reza! ¡Laus perennis-alabanza continua! ¡Orate sine intermisión-recen sin interrupción! La oraciòn es el primer trabajo del Pequeño Cottolengo. Los discapacitados psìquicos, los imbéciles, los idiotas… voces que no son palabra, que dan pena: Dios las sabe interpretar!" (Escritos, 83, 188).
Queridos Cofrades y Hermanas, no nos resignemos tan fácilmente concluyendo que "hoy es distinto" y " eso no se hace más”. Alguna bonita experiencia todavía la he encontrado hoy en nuestras obras de caridad. ¡Adelante con convicción y creatividad! Se trata de nuestro servicio específico como religiosos en las instituciones de caridad. Otras obras de bien para la vida cotidiana de los enfermos son dadas por los empleados. Nuestra tarea específica es dar estos bienes: "con el pan del cuerpo el divino bálsamo de la fe".
Una última observación de Benedicto XVI: "Queda claro, por tanto, que justamente de la Eucaristía la pastoral de la salud tiene que sacar la fuerza espiritual necesaria para socorrer eficazmente al hombre y ayudarlo a comprender el valor salvador del mismo sufrimiento. Como escribió el Siervo de Dios Juan Pablo II en la Carta Apostólica Salvivfici dolori, la Iglesia ve en los hermanos y en las hermanas dolientes como a múltiples sujetos de la fuerza sobrenatural de Cristo, (cfr n. 27)”.
No puede haber crisis de identidad o insignificancia apostólica de nuestras instituciones para la salud si nosotros los religiosos cumplimos con nuestra tarea específica para que se note la presencia de Jesús" la sola cosa necesaria". El resto-evidentemente importante - lo "haremos con los laico” o "haremos que lo hagan los laicos".
El clima mariano de Lourdes en nuestras instituciones sanitarias
"Los 150 años de las apariciones de Lourdes- escribe todavía el Papa - nos invitan a volver la mirada hacia la Virgen Santa. La presencia, en Lourdes de muchos romeros enfermos y de voluntarios que los acompañan, ayuda a reflexionar sobre la materna y tierna atención que la Virgen manifiesta hacia el dolor y el sufrimiento del hombre. Asociada al Sacrificio de Cristo, Maria, Mater Dolorosa-Madre de los dolores, que sufre con su divino Hijos a los pies de la Cruz, es creída particularmente cerca de la comunidad cristiana que se recoge alrededor de los miembros dolientes, los que llevan las señales de la pasión del Señor".
“El clima de Lourdes -como observa el Papa - "donde, al culto de la Beata Virgen Maria, se une un fuerte y constante llamado a la Eucaristía con cotidianas Celebraciones eucarísticas, con la adoración del Santo Sacramento y la bendición de los enfermos tiene que dar oxígeno al clima de nuestros Pequeños Cottolengo y de las otras instituciones de cura para enfermos y minusválidos”.
Curamos -nosotros religiosos primeros - en estas obras nuestras el rezo del rosario, también público, con las formas posibles y las más adecuadas; ofrecemos a la mirada y al corazón de los enfermos, y también de los empleados y visitadores, la presencia visible y tangible, como en Lourdes, de la Virgen con imágenes, estatuas, lugares de oración con Jesús y Maria.
Ciertamente, hace falta amabilidad, fe humilde y alegre, pero, en nuestras casas tiene que tener lugar de honor y de familiaridad la Virgen, Madre de Dios y nuestra, que hace menos desoladas y solitarias las penas y algo más dulces las largas horas pasadas en una cama, en el Pequeño Cottolengo o en una Residencia sanitaria.
Eucaristía, Lourdes, pastoral de los enfermos: ¿qué podemos hacer nosotros?
Un saludo muy cordial a todos en el nombre de Don Orione y en unión de oraciones
Don Flavio PelosoSuperior General
Juan Pablo II (Homilía del Santo Padre durante la Misa de la beatificación de Don Orione, Plaza de San Pedro, Vaticano, 26 de octubre de 1980)
Don Luis Orione se nos presenta como una maravillosa y genial expresión de la caridad cristiana. Es imposible sintetizar en pocas frases la vida azarosa y a veces dramática de aquel que se definió, humilde pero sabiamente, "el changarín de Dios". Pero podemos decir que fue ciertamente una de las personalidades más eminentes de este siglo por su fe cristiana, profesada abiertamente, y por su caridad vivida heroicamente. El secreto y la genialidad de Don Orione brotan de su vida, tan intensa y dinámica: ¡Se dejó conducir sólo y siempre por la lógica precisa del amor! Amor intenso y total a Dios, a Cristo a María, a la Iglesia, al Papa, y amor igualmente absoluto al hombre, a todo el hombre, alma y cuerpo, y a todos los hombres, humildes y sabios, santos y pecadores, con particular bondad y ternura para con los que sufrían, los marginados, los desesperados. Tuvo el temple y el corazón del apóstol Pablo, tierno y sensible hasta las lágrimas, infatigable y animoso hasta la intrepidez, tenaz y dinámico hasta el heroísmo, afrontando peligros de todo género, tratando a las altas personalidades de la política y de la cultura, iluminando a hombres sin fe, convirtiendo a pecadores, siempre recogido en continua y confiada oración, acompañada a veces de terribles penitencias. Un año antes de la muerte, había sintetizado así el programa esencial de su vida: "Sufrir, callar, orar, amar, crucificarse y adorar". Dios es admirable en sus Santos y Don Orione es para todos ejemplo luminoso y consuelo en la fe.MANTENGAN EL ESPIRITU DE SU FUNDADOR"El espíritu del Beato Don Orione invada sus almas, las sacuda, las haga vibrar con santos proyectos, las lance hacia los sublimes ideales que él mismo vivió con heroica constancia".