viernes, 18 de julio de 2008

JULIO 2008


20 DE JULIO DÍA DEL AMIGO

Lección de Fuego

Autor: Anónimo



Un hombre, que regularmente asistía a las reuniones de un club Rotario, sin ningún aviso dejó de participar en sus actividades. Después de algunas semanas, el líder de aquel grupo, el Presidente del club, decidió visitarlo. Era una noche muy fría.
El líder encontró al hombre en casa... solo... sentado delante de la chimenea, donde ardía un fuego brillante y acogedor. Adivinando la razón de la visita, el hombre dio la bienvenida al líder, lo condujo a una silla grande cerca de la chimenea y se quedó quieto, esperando... Se hizo un grave silencio. Los dos hombres sólo contemplaban la danza de las llamas en torno de los troncos de leña que ardían. Al cabo de algunos minutos, el líder examinó las brasas que se formaron y cuidadosamente seleccionó una de ellas, la más incandescente de todas, empujándola hacia un lado. Volvió entonces a sentarse, permaneciendo silencioso e inmóvil. El anfitrión prestaba atención a todo, fascinado y quieto. Al poco rato, la llama de la brasa solitaria disminuyó, hasta que sólo hubo un brillo momentáneo y su fuego se apagó de una vez. En poco tiempo, lo que antes era una fiesta de calor y luz, ahora no pasaba de ser un negro, frío y muerto pedazo de carbón recubierto de una espesa capa de ceniza grisácea. Ninguna palabra había sido dicha desde el protocolar saludo inicial entre los dos amigos. El líder, antes de prepararse para salir, manipuló nuevamente el carbón frío e inútil, colocándolo de nuevo en el medio del fuego. Casi inmediatamente se volvió a encender, alimentado por la luz y el calor de los carbones ardientes en torno de él. Cuando el líder alcanzó la puerta para partir, su anfitrión le dijo:
- Gracias por tu visita y por el bellísimo sermón. Regresaré al grupo. ¡Que Dios te bendiga!
Reflexión: A los miembros de un Club, Asociación, Grupo, etc., es importante recordarles que ellos forman parte de la llama y que lejos del grupo pierden todo su brillo. Mientras que a los líderes vale la pena recordarles que ellos son responsables por mantener encendida la llama de cada uno de los miembros y por promover la unión entre TODOS ellos, para que el fuego sea realmente fuerte, eficaz y duradero.

JULIO 2008



XXXI ENCUENTRO
DE LOS AMIGOS
DE DON ORIONE

LEMA:
“San Luis Orione enséñanos
a ser discípulos misioneros"

DIAS: 11 Y 12 DE OCTUBRE

LUGAR: VILLA SAN JOSE
DE LOS HERMANOS MARISTAS
(LUJAN, BUENOS AIRES)

JULIO 2008


“DON ORIONE
Y NUESTRA SEÑORA DE ITATÍ”



"A los pies de la Santísima Virgen de Itatí he podido celebrar dos misas y he pasado horas dichosas, y raramente he sentido tanto gozo como aquí, entre éstos, nuestros hermanos”. Con estas palabras escritas en una carta del 28 de junio de1937. Don Orione contaba la experiencia de su visita a la tierra correntina donde la Madre de Dios quiso quedarse muchos años antes para acompañar a sus hijos. En enero de 1935, durante su segunda visita a nuestro país, Don Orione había aceptado el insistente pedido del nuncio apostólico Mons. Felipe Cortesi para que la Pequeña Obra de la Divina Providencia asumiera y administrara el santuario de Nuestra Señora de Iratí, la parroquia y el colegio. Una vez dado el sí, y antes de enviar a sus hermanos religiosos, Don Orione quiso adelantárseles apara conocer el lugar y recibirlos como padre. El padre Luis Orione recorrió junto al padre Benito Anzolín – rector del santuario por entonces- las fosas cavadas para levantar los cimientos del actual templo. Bendijo a los obreros de la construcción y les indicó que no tuvieran miedo a los peligros que se les presentaran porque la misma Madre de Dios los sostendría y protegería en sus labores. Desde los comienzos, Don Orione consideró a Itatí la avanzada de la gran devoción de la Virgen, uno de los motivos –guía de la congregación que había fundado tres décadas atrás en su Italia natal. La llegada de su obra hasta aquel paraje de la provincia de Corrientes revitalizó un santuario que hoy se encuentra entre los más representativos de la fe y la religiosidad populares de toda América Latina. El pequeño pueblo de Itatí se encuentra ubicado a 73 Km de Corrientes, Capital provincial, sobre la RN 12, a orillas del Paraná. Su nombre proviene del guaraní, "ita" roca y "tí " punta (punta de piedra). Otra acepción es “ita moroti” (piedra blanca), por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria. La imagen de la Virgen de Itatí es una talla en madera. Cuerpo de timbó y el rostro de nogal, que mide un metro con veintiséis centímetros de altura. Tiene sus manos juntas en posición de oración, viste un manto azul y túnica blanca, y se considera realizada por una artista indígena de una de las tantas reducciones que jalonaban el Alto Paraná. Se cree que la imagen de la Virgen de Itatí fue traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá. Los franciscanos emigraron hacia el sur debido a los constantes ataques de los indígenas, llevando consigo la imagen de la Virgen y así llegaron a la región de Yaguarí, donde estaba la Reducción de otro franciscano, fray Luis Gámez. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar, y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció de allí. Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra (Itatí en guaraní significa "punta de piedra") rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río. Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedo abandonado, y fray Luis de Bolaños funda la nueva reducción a la que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. En la Semana Santa de 1624 tiene lugar la primera transfiguración de la Virgen, que duró varios días. Gamarra relata en un documento de la época: "... se produjo un extraordinario cambio en su rostro, y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto". Las transfiguraciones se repitieron a lo largo de los años, y en ocasiones también se oyó esa música sobrenatural de la que habían hablado los indígenas que encontraron la imagen. Los milagros y las curaciones son incontables, pero quizás el más increíble y espectacular haya ocurrido en 1748. En ese año hubo un gran malón que buscaba destruir y saquear el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso.

Ante este hecho se retiraron despavoridos, y los habitantes del lugar acudieron entonces a la capilla agradecer a su Patrona. El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada por voluntad el Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y Protectora de la misma. Su fiesta se celebra el 9 de Julio. San Luis Orione visitó Itatí en junio de 1937. Así lo relata en una carta del día 27de junio de 1937: “Estoy en Itatí, bajo la mirada de María Santísima, venerada, en este extremo de la Argentina, en una de las imágenes suyas más milagrosas. La trajo aquí un santo franciscano, el P. Bolaños, que vino a evangelizar a los indios; el nombre del santo Misionero está aún en gran veneración, especialmente en los alrededores de Corrientes; el está sepultado en Buenos Aires, y yo he ido a arrodillarme en su tumba, en la Iglesia de San Francisco…” “... Llegué a Itatí después de tres horas de auto: ha sido una carrera velocísima, toda a los saltos, por las calles con fosas y montículos, tanto que para no ser destrozado con mi dolor de riñones, todo el tiempo tuve que mantener rectos, firmes y rígidos los brazos sobre el asiento, para poder salvarme, en una maniobra continua de altos y bajos: me parecía ir sobre las montañas rusas. Finalmente apareció el Santuario de Itatí, y ¡fue un gran alivio! El cansancio y el dolor en los riñones se fueron, todo desapareció…” “… Cuando entré, la antigua iglesia estaba llena de pueblo devoto; me arrodillé en el fondo, en el rincón del publicano y sentí toda la felicidad de encontrarme en la Casa de la Virgen. A los pies de la SS. Virgen de Itatí pude celebrar dos Misas, y pasé horas felices, y raramente sentí tanta alegría como entre estos cohermanos nuestros. Rogué por ustedes y por todos…” El resto de la carta es un verdadero tratado de mariología, donde se revela todo el amor de Don Orione por la Santísima Virgen. Una de las cartas más bellas de la etapa de madurez del Santo.


Oremos junto a Don Orione a Nuestra Señora de Itatí

“ … Desciende y ven a nosotros: corre, oh Madre, pues el tiempo es breve. Ven e infúndenos una profunda vena de vida interior y de espiritualidad. Haz que arda nuestro corazón del amor de Cristo y de Ti: haz que veamos y sirvamos en los hombres a Tu Divino Hijo, que en humildad, en silencio y con anhelo incesante conformemos nuestra vida a la vida de Cristo, que lo sirvamos en santa alegría, y en gozo de espíritu vivamos nuestra parte de herencia del Señor en el Misterio de la Cruz. ¡Vivir, palpitar, morir a los pies de la Cruz o en la Cruz con Cristo! A tus pequeños hijos, a los Hijos de la Divina Providencia, dona, Beatísima Madre, amor, amor; ese amor que no es tierra, que es fuego de caridad y locura de la Cruz. Amor y veneración al “dulce Cristo en la tierra”, amor y devoción a los Obispos y a la S. Iglesia; amor a la Patria, así como Dios lo quiso; amor purísimo a los niños, huérfanos y abandonados; amor al prójimo, particularmente a los hermanos más pobres y doloridos; amor a los desamparados, a aquellos que son considerados desperdicios, deshechos de la sociedad; amor a los trabajadores más humildes, a los enfermos, a los inhábiles, a los abandonados, a los más infelices, a los olvidados; amor y compasión para todos, a los más lejanos, a los más culpables, a los más adversos, a todos y amor infinito a Cristo. Danos, María, un ánimo grande, un corazón grande y magnánimo, que llegue a todos los dolores y a todas las lágrimas. Haz que seamos verdaderamente como nos quieres: ¡los padres de los pobres! Que toda nuestra vida sea consagrada a dar a Cristo al pueblo y el pueblo a la Iglesia de Cristo; que ella arda y resplandezca de Cristo; y en Cristo se consuma en una luminosa evangelización de los pobres; que nuestra vida y nuestra muerte sean un cántico dulcísimo de caridad y un holocausto al Señor. ¡Y luego... y luego el Santo Paraíso! Cerca de Ti, María: ¡siempre con Jesús, siempre contigo, sentados a tus pies, oh Madre nuestra, en el Paraíso, en el Paraíso! …“ Amén.


P. Eduardo D. Pasteris f. d. p. (http://www.donorione.org.ar/Maria/itati/index.html)

JULIO 2008


La fundación de los ermitaños

Don Orione, quiere asociar a sus sacerdotes, clérigos y hermanos de vida activa, -dedicados a la acción pastoral-, personas inmersas en la oración, según el estilo de los antiguos monjes. Con el lema: “Ora et labora” (Ora y trabaja), darán nueva vida a antiguos monasterios abandonados y solitarios o trabajarán en las colonias agrícolas. En la humildad, el silencio y el trabajo manual. El 30 de julio de 1899, en presencia de Mons. Bandi, Don Orione impondrá el hábito monástico a los tres primeros ermitaños de la Divina Providencia.

JULIO 2008

EL PAPA BENDICE
UNA ESTATUA DE SAN LUIS ORIONE

CIUDAD DEL VATICANO, 25 JUN 2008 (SERVICIO INFORMATIVO VATICANO – OFICINA DE PRENSA DE LA SANTA SEDE)Antes de la audiencia general celebrada esta mañana en la Plaza de San Pedro, Benedicto XVI bendijo una estatua en mármol de San Luis Orione que ha sido colocada en una hornacina en la parte posterior externa de la basílica vaticana. San Luis Orione, italiano, (1872-1940), fue el sacerdote fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, aprobada en 1903. En 1908, tras el terremoto que asoló las regiones italianas de Sicilia y Reggio Calabria, pasó tres años en esas zonas atendiendo a los necesitados, sobre todo a los huérfanos. La expansión de la Obra Orionina coincide con el fin de la Primera Guerra Mundial: se fundan colegios e instituciones de educación y ayuda. La actividad misionera se inaugura en 1913 en Brasil. El 26 de octubre de 1980 Juan Pablo II beatifica a "Don Orione" y lo proclama santo el 16 de mayo de 2004.
Al final de la audiencia, el Santo Padre saludó "con gran afecto" a la Familia Orionina y manifestó el deseo de que la inauguración de la estatua del fundador de esa institución constituyera "para todos sus hijos espirituales, un estímulo renovado para proseguir el camino trazado por San Luis Orione, especialmente para traer al Sucesor de Pedro, como él mismo decía, a los más pequeños, a las clases humildes, a los obreros pobres y a los marginados por la vida, que son los más amados por Cristo y los tesoros verdaderos de la Iglesia de Jesucristo"
http://www.education.donorione.org/index.php/Filmati/Statua-Don-Orione-in-Vaticano.html.