domingo, 10 de agosto de 2008

AGOSTO 2008

29 DE AGOSTO : NUESTRA SEÑORA DE LA GUARDIA


“Vine a Argentina con la idea de edificar una iglesia a la Virgen; pero la Virgen fue más diligente que yo y me la da ya hecha. Al partír de Génova prometí consagrarle mis obras en América y ahora me siento feliz de verla honrada aquí”. (Don Orione - Nov. 1921)


Salve, Madre bondadosísima


El 29 de agosto de 1935, fiesta de la Virgen de la Guardia, Don Orione habla por radio desde la Argentina a los devotos reunidos en el santuario votivo de Tortona.


¡Salve, Madre bondadosísima, que todo lo ves y escuchas, aún de lejos! ¡Recibe mi saludo, humilde, reverente y filial; adivina el ferviente palpitar de este corazón que a través del mar llega hasta el tuyo! ¡Alégrate, sublime Mujer del Cielo, y recibe mi agradecimiento por tus muchos beneficios y prodigios! ¡Madre de nuestras madres, omnipotente por gracia ante el corazón de Dios, ruega por nosotros, pecadores! ¡Aquí estoy, yo también me hago presente en tu gran fiesta, en tu triunfo, oh María! ¡Me postro ante ti, levanto a ti mi mirada y te ofrezco las aflicciones de mi espíritu, a Ti, que "un día también lloraste"! Te invoco, y te suplico por mí y por todos, ¡oh Virgen, Señora, Santísima! ¡A tus pies entrego mi corazón y toda mi pobre vida: mil veces te bendigo, mil y mil veces te amo!

AGOSTO 2008


En Argentina he hallado para siempre mi segunda patria, y Dios mediante volveré a ella vivo o muerto, pues quiero que mis cenizas descansen en el Pequeño Cottolengo Argentino de Claypole.
(Don Orione - 1937)


El 29 de agosto del año 2000 se produjo la llegada definitiva del corazón de Don Orione a la Argentina, su segunda patria, a la que deseaba volver algún día. Desde entonces, la reliquia permanece dentro del templo del Cottolengo de Claypole, sitio de permanente peregrinación y oración.
"Preveo que partiré de aquí hacia fines de julio, Dios mediante, pero dejo mi corazón en la Argentina, donde espero volver pronto", había dicho aquí el 29 de mayo de 1937.

Corazón bendito, corazón viajero. Con cuanta alegría te recibiremos.
Corazón bendito de ese Padre bueno, que fundo una Obra para el bien del pueblo.
Corazón bendito desde el Cottolengo te enviaran sus ruegos todos los enfermos.
Corazón bendito que vienes de lejos, tendrás tu morada aquí en nuestro suelo.
Corazón bendito, nos bendijo el Cielo, estas con nosotros, Corazón viajero.


AGOSTO 2008


"La puerta del Pequeño Cottolengo no preguntará a quien entra si tiene un nombre, sino solamente si tiene un dolor" (Don Orione)

¿Qué es el Pequeño Cottolengo?
"Es una obra que toma vida y espíritu de la caridad de Cristo, y su nombre de San José Benito Cottolengo, que fue apóstol y padre de los pobres más desdichados... Es una familia edificada sobre la fe que vive del fruto de un amor inextinguible. En el Pequeño Cottolengo se vive alegremente; se reza, se trabaja en la medida que lo permiten las fuerzas; se ama a Dios, se ama y se sirve a los pobres. En los abandonados se ve y se sirve a Cristo en santa alegría. ¿Quién puede ser más feliz que nosotros?" (Don Orione) Los Cottolengos -obras destinadas al cuidado y asistencia de personas con discapacidad- "son como un soplo vivificante de la caridad del Señor, que es humilde, suave y dulce, que está siempre pronta para acudir a todas las necesidades humanas¿Cómo surgió el Pequeño Cottolengo? Mientras en Europa hacía estragos la primera guerra mundial, la Divina Providencia dirigía por el camino de la caridad de Cristo los pasos del sacerdote Luis Orione, que por aquel entonces -con la bendición del Papa y de los Obispos- trabajaba con su humilde congregación en la educación cristiana y social de la juventud más pobre y necesitada. Por el año 1915, moría la condesa italiana Teresa Agazzini, dejando a Don Orione su casa para que hiciese en ella un asilo de caridad para ancianos pobres. A partir de esta casa, Don Orione inicia un nuevo campo de apostolado de caridad, para alivio de pobres y enfermos de toda clase, según el modelo de la gran obra de Turín, fundada por San José Benito Cottolengo. Casi sin darse cuenta, Don Orione fue abriendo una tras otra, casas de caridad, que la gente no tardó en llamarlas "Pequeños Cottolengos", por identificarlas con la magnífica obra del santo. Así, los Pequeños Cottolengos se propagaron por toda Italia y por el extranjero, llegando incluso a nuestro país, donde el mismo Don Orione, colocó la piedra fundamental del primer Cottolengo Argentino, el 18 de abril de 1935, en Claypole.

AGOSTO 2008

LOS EX ALUMNOS


Es imposible seguir los incansables pasos de Don Orione en los últimos diez años de su vida.
Los ex alumnos más antiguos de la Obra tendrán su primera reunión en Tortona el 27 de mayo de 1934: “Nunca imagine –confesará Don Orione- que me recordarían y me amarían tanto; ni tampoco que hubiera tantos que junto con el afecto, guardaran tan viva la llama de la fe, el espíritu y la vida honesta y creyente de la educación cristiana que recibieron. . .”