sábado, 14 de marzo de 2009

MARZO 2009


Vivamos la cuaresma en oración, reconciliación y conversión. Meditemos la Cruz de Cristo con este pensamiento:

¡La compasión! ¡Que sentimiento más noble! ¿Felices los solidarios? ¿Felices los que ayudan al que esta caído? No felices los compasivos. Otro tranquilizante para la conciencia. . . Digan “¡Que barbaridad! ante las calamidades de los que sufren y vayan tranquilos a seguir con lo suyo, y a meterse en su mundo. Compadézcanse, si. ¿Cómo no va a ser compasivo un cristiano? Muy loable, pero es una forma mas de disfrazar el egoísmo y de fomentar la quietud y la inoperancia. La compasión es suficiente para sentirse bien. Y por si acaso alguien lo interpreta de otra manera, afirman que compadecerse es padecer con el otro. Obvio no se les ocurre decir que deben levantarle el animo o tratar de sacarlo del pozo, … no. ¡Padezcan con el! ¡Sumérjanse con el! Sufran así todos serán felices.


(Fuente: “Bienaventuranzas de los creyentes” de Juan Carlos Pisano.

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