domingo, 12 de abril de 2009

ABRIL 2009


Hermanos míos, muy queridos y amados, me parece escuchar las campanas de mi Patria lejana, que suenan a gloria por las ciudades y pueblos: su himno despierta en mí los recuerdos más santos: cantan la Resurrección de Cristo y me hacen llorar de fe, de alegría, de amor a Dios, de amor a ustedes, de amor a nuestra Italia. Hermanos, que este eco de alegría, no sea, para mí y para ustedes, un simple recuerdo de que hace veinte siglos resucitaba Jesús a una vida nueva, sino que haga resucitar nuestra alma a una vida espiritual muy alta. Animo, hermanos míos: sursum corda! sursum corda! ¡arriba los corazones! y adelante, siempre adelante en el bien! Christus heri, hodie et in saecula! Cristo ayer, hoy y siempre ! ¡Feliz Pascua! ¡Feliz Pascua a todos! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Que la bendición de este pobre sacerdote, amigo y padre de todos ustedes, sea un auspicio de aquella bendición grande que Dios misericordioso querrá concederles en el día infinito del santo Paraíso.

¡Cristo ha resucitado!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Feliz Pascua a todos y a cada uno!

(SAN LUIS ORIONE)

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