domingo, 14 de junio de 2009

JUNIO 2009

DON ORIONE Y LA EUCARISTÍA





Por una fuerte influencia de su madre, y una muy buena aceptación de él mismo, Luís Orione participaba de misa cada domingo, desde muy pequeño. Una vez recibida la comunión, lo hacía con más conciencia. Siendo alumno del colegio de Don Bosco, aprendió con más fervor a comulgar diariamente y orar frente al santísimo. En los años que estuvo con Don Bosco (de sus 14 a sus 17 años) se aferró a la costumbre de recibir a Jesús cada día, aunque eso no era lo propio en aquellos años (1886-1889). Esta costumbre, Luís Orione, la llevará consigo cuando entre en el seminario diocesano… el ambiente allí no era muy santo ni con muy buenas costumbres. Pronto Luís fue burlado por sus compañeros que lo trataban de santurrón por comulgar todos los días. Incluso algunos de los sacerdotes formadores lo veían raro por su continuo acercamiento a la eucaristía. Sin embargo, Don Orione siempre fue muy firme en sus decisiones, sobre todo cuanto estaba convencido de que algo era bueno, no lo dejaba. Soportó las burlas de sus compañeros, pero poco a poco fueron viendo que ese joven extraño no solamente era diferente por comulgar todos los días, sino que sobre todo era diferente porque siempre estaba alegre, dispuesto al servicio y a las buenas obras. Dejaron de burlarse, y empezaron a imitarlo.
Un verano, cuando todos los seminaristas iban a sus casa a descansar, Luís Orione pidió que se le diera algún trabajo en la catedral, para juntar unos pesos y poder seguir pagando sus estudios. Le concedieron que se quedara de custodio de la catedral, viviendo en una pequeña habitación en los altillos del templo. Una muy reducida ventanita de su pieza le permitía ver, desde lo alto, el sagrario de la catedral… el lugar donde se reservaba a Jesús eucaristía. De noche, el joven Luís, de tan sólo 19 años, solía pasar largos ratos en oración frente al sagrario, o mirándolo desde su ventana, en lo alto. De ese tiempo encontramos un poema que él mismo compuso a la lámpara del sagrario, mientras la observaba desde su alta ventana una noche… casi como envidiándole la cercanía que ella tiene con Jesús, y anhelando su labor: gastarse anunciando que allí está la presencia de Jesús eucaristía: Te veo desde aquí, lámpara amada, resplandece allá como una estrella; cuántas cosas nos dá tu antorcha bella que al alma meditabunda siempre agrada.
Tu consumes tu vida frente al ara, que tu luz es de amor dulce favela. ¡Quién puede imaginar vida más bella! ¿Quién puede codiciar vida más cara? Delante de Aquel que “apena y consuela”, déjame tu lugar por un solo día, o, mejor aún, por una noche sola. Deja que yo experimente cual delicia sea hacer siempre con Jesús dulce estadía; gastar por Él la vida mía. Y cuando era aún más joven, de 16 años, se conserva otro fragmento escrito por él, también después de una noche de oración frente al sagrario: “Se reza bien… de noche… cerca del altar… El mundo guarda silencio, callan los deseos, callan los sueños inquietos de la fantasía. La paz del Señor se difunde en toda el alma, ¡paz…, paz profunda…, imperturbable!” Una vez que él mismo funda su colegio, que luego se transforma en la congregación Pequeña Obra de la Divina Providencia, Don Orione buscará infundir siempre en sus jóvenes alumnos y seguidores el amor ardiente a la eucaristía. Enseña a comulgar continuamente y a orar frente al Santísimo con fervor. Estos son algunos breves escritos de él sobre esto: “Esparzan con paz y con amor en las almas el amor y la devoción a la Santísima Eucaristía recordando a todos las palabras de Jesús: „el que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él‟ ¿Hay algo mejor que permanecer nosotros en el Señor y el Señor en nosotros? ¡Animo, mis queridos, la caridad de Cristo nos apremia!” “No nos contentemos con nuestra confesión semanal y nuestra comunión diaria; sino que con mucha frecuencia aconsejémoslas a nuestros jóvenes. Todos los días el cuerpo tiene necesidad de alimento; ¿y no tendrá el alma necesidad de su Pan, del Pan vivo bajado del cielo para constituir… nuestro remedio de inmortalidad?”. “Consideremos perdido el día en el que no hayamos hecho nada para inflamar las almas en la devoción al Santísimo Sacramento. La mejor caridad que podemos hacer a un alma es darle a Jesús. Y el más dulce consuelo que podemos darle a Jesús es darle la posesión de un alma.”

JUNIO 2009

Oración de Don Orione por la Argentina


¡Oh Jesús, que tanto has amado a tu patria y consagraste el amor de patria derramando lágrimas de sangre sobre Jerusalén, mira con siempre mayor benignidad, oh Señor, a ésta, mi segunda Patria, a este gran pueblo argentino, que me hospeda; donde el soplo de la más generosa y cristiana caridad ha dado vida al "COTTOLENGO ARGENTINO", que recibe a los pobres más infelices y desamparados de toda nacionalidad y toda creencia! ¡Cuánta amabilidad, cuánta inteligente bondad he hallado! ¡Cuánta virtud y cuánto bien he aprendido de este clero y de este pueblo! En todos, y entre los ricos, y entre los pobres obreros, he hallado corazones de príncipes. Ama, oh Señor, a la Argentina, porque la Argentina ama a tus pobres. La fe y la nobleza de corazón de esta nación son tan grandes, que bien merece todas las bendiciones del cielo. Brillen luego para ella días siempre más bellos de esperanza en la luz de Cristo, luz de la ciencia, de la libertad y del trabajo, días llenos de prosperidad y de gloria". Don Orione de la Divina Providencia. Buenos Aires, diciembre de 1936.

JUNIO 2009

29 DE JUNIO FIESTA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO
DAR LA VIDA POR EL PAPA

Carta del 5 de enero de 1928 a sus religiosos polacos, en la que les recomienda vivamente la devoción, el amor y la obediencia al Papa. La finalidad principal de nuestra Congregación es vivir del amor al Papa y difundir, especialmente entre los pequeños, los humildes y el pueblo, el más dulce amor al Papa, y la obediencia plena y filial a su palabra y sus deseos. Sobre nuestras frentes tenemos que llevar escrito con orgullo el nombre del Papa; sobre nuestros corazones tiene que estar grabado el nombre bendito del Papa; nuestra vida tiene que estar consagrada al Papa y a la Iglesia Santa de Jesucristo. Nuestro Credo es el Papa, nuestra moral es el Papa; nuestro amor, nuestro corazón, la razón de nuestra vida es el Papa. Para nosotros el Papa es Jesucristo: amar al Papa y amar a Jesucristo es la misma cosa; escuchar y seguir al Papa es escuchar y seguir a Jesucristo; servir al Papa es servir a Jesucristo; dar la vida por el Papa es dar la vida por Jesucristo! No queremos ni conocemos otro maestro ni otra luz..., no conocemos ni queremos otro Pastor; no conocemos ni queremos otro Padre, otro Cristo público y visible en la tierra.

JUNIO 2009

Oración de los hijos por sus padres

Autor: Desconocido * Fuente: www.churchforum.org


Dios, concédeme comprender mejor a mis padres, y saber devolverles amor por amor. Si yo no puedo amarlos como antes es que debo amarlos más. No ya como un niño que balbucea, sino como un hombre que sabe lo que tiene que decir, y que expresa su alma en un lenguaje dulce y fuerte. Yo me acercaré a mi padre, que sufre por mí, y cuyo trabajo hasta ahora no he apreciado. Esta noche diré y repetiré, con más comprensión que otras veces, la antigua oración de mi infancia:
Padre nuestro, que estás en el cielo, escucha a tus hijos. Te pedimos por nuestros padres. Por medio de ellos nos lo diste todo, devuélveles todo el bien que nos han hecho. Nos han dado la vida: consérvales la salud. Nos han dado el alimento: dales el pan de cada día. Nos han dado el vestido: que sus almas se hallen vestidas siempre de tus gracias. Concédeles sobre la tierra la felicidad que se encuentra en servirte y amarte. Y haz que podamos estar un día reunidos en el cielo. Amén

JUNIO 2009

12 DE JUNIO :
MEMORIA DEL BEATO FRANCISCO DRZEWIECKI


Oración: Oh Dios, Padre bueno y providente, te agradecemos por habernos dado en el Beato Francisco Drzewiecki un luminoso ejemplo de sacerdote totalmente entregado a la causa de Cristo y de la Iglesia mediante la educación de los jóvenes y la caridad hacia los pequeños, los pobres y el pueblo. Infunde en nosotros la fortaleza de tu Espíritu, para que como Don Francisco, victima inocente, podamos testimoniar, en medio de las tinieblas del egoísmo y del mal, que sólo la caridad salvará al mundo y el último a vencer eres Tu, con una gran e infinita misericordia. A gloria de tu nombre y para que venga tu Reino de paz y justicia, por su intercesión, concédenos la gracia que Te pedimos…(Se dice cual) Gloria al Padre . . .

miércoles, 13 de mayo de 2009

MAYO 2009


ORACION Y LETANIAS A SAN LUIS ORIONE
San Luis Orione, que desde tus más tiernos años sentiste una irresistible atracción hacia Dios, y, animado por una devoción filial a la Santísima Virgen, ofreciste la vida entera en holocausto de amor a Cristo y a la Iglesia, en generoso servicio de caridad hacia los hermanos, especialmente hacia los que sufren y los pobres, tus predilectos: Obtennos la gracia de seguir tu ejemplo, para servir a Dios y al prójimo con tu misma generosidad y difundir ampliamente el mensaje de amor que Dios, por tu intermedio, ha querido comunicar al mundo entero. Amén.


Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad
Santa María, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
San Luis Orione, ruega por nosotros.
Hijo de la Divina Providencia, ruega por nosotros.
Totalmente abandonado en la Providencia del Padre, ruega por nosotros.
Formado en la escuela del crucificado, ruega por nosotros.
Viviste para centrarlo todo en Cristo, ruega por nosotros.
Enamorado de María, la Madre de Dios, ruega por nosotros.
Lleno de confianza en la Santísima Virgen, ruega por nosotros.
Devoto de San José, ruega por nosotros.
Amante de la pobreza, ruega por nosotros.
Sacerdote humilde y obediente, ruega por nosotros.
Sacerdote puro de corazón, ruega por nosotros.
Padre de los huérfanos, ruega por nosotros.
Confidente de los jóvenes, ruega por nosotros.
Misionero en los países más pobres, ruega por nosotros.
Fiel a la Santa Iglesia y al Papa, ruega por nosotros.
Tú que trabajaste y sufriste por la unidad de la Iglesia, ruega por nosotros.
Maestro de confianza en la Providencia de Dios, ruega por nosotros.
Tú, que nos enseñas el amor al Papa, ruega por nosotros.
Tú, que quieres que caminemos a la cabeza de los tiempos, ruega por nosotros.
Ejemplo de silencio y de perdón, ruega por nosotros.
Tú, que nos enseñas a amar aun a los que no nos quieren, ruega por nosotros.
Tú, que nos enseñas a hacer siempre el bien, y a nadie el mal, ruega por nosotros.
Tú, que intercedes por los no creyentes, ruega por nosotros.
Tú, devoto de las almas del purgatorio, ruega por nosotros.
Amigo de los pobres y despreciados, ruega por nosotros.
Defensor de los derechos de los pobres, ruega por nosotros.
Consuelo de los que sufren, ruega por nosotros.
Incansable buscador de los pecadores, ruega por nosotros.
Intercesor nuestro ante Dios, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros Señor.

MAYO 2009


SANTO DE LA SOCIEDAD Y DE LO COTIDIANO


Don Orione no es santo porque se lo canoniza, sino que se lo canoniza porque vivió como un santo y así lo han percibido la sociedad y las personas que tuvieron relación con él o recibieron los frutos de su opción y su trabajo, particularmente los más necesitados y excluidos de la sociedad: los enfermos, las personas con capacidades diferentes, los niños y todo aquel que tuviera un dolor o sufrimiento. Lo que daba valor al encuentro con Don Orione, sobre todo en los últimos años de su vida, era su fama de santidad. En el barco que lo traía a la Argentina en 1934, el Cardenal Pacelli lo señalaba a la gente diciendo: “Besen la mano a Don Orione, que es un santo”. Los amigos, los bienhechores, los necesitados que hacían la fila en Milán, en Génova, en Buenos Aires, para hablar con Don Orione, buscaban en su mirada un reflejo del rostro paternal de Dios. Toda la vida de Don Orione fue un camino de santidad, que lejos de quedar encerrada en el ámbito de la Iglesia, pretendió llegar hasta lo más profundo de la sociedad y sus estructuras: “Tenemos que ser santos, pero no tales que nuestra santidad pertenezca sólo al culto de los fieles o quede sólo en la Iglesia, sino que trascienda y proyecte sobre la sociedad tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a Dios y a los hombres que más que ser santos de la Iglesia seamos santos del pueblo y de la salvación social ”.Lo extraordinario de un santo es que vive en forma extraordinaria lo ordinario, la vida de todos los días. Sin dejar de reconocer en Don Orione características personales de excelencia, sobresale en él su humildad, su sencillez, su capacidad para escuchar los gemidos de la sociedad, su actitud compasiva para vincularse con el sufrimiento humano, su pasión y trabajo incansable, su audacia e iniciativa, su picardía para hacer mucho con poco, su generosidad. Fue padre, prójimo, amigo, protector. En su acción por la justicia y los pobres fue un “santo rebelde” que desconcertó a propios y ajenos. Y fue un santo que confió siempre en la Divina Providencia. Don Orione nos pide con su santidad que tengamos entrañas de misericordia ante el dolor y el sufrimiento.

¡ VIVA SAN LUIS ORIONE !

MAYO 2009



«Me di cuenta de que sus ojos brillaban por las lágrimas …»
por Ignazio Silone


Lo conocí en 1916. Le vi de pasada después del terremoto de la Marsica, en 1915. Recuerdo, porque estaba yo presente, que don Orione había recogido un grupo de niños salvados del desastre y sin familia. Don Orione estaba esperando para llevárselos a Roma, pero la línea ferroviaria estaba interrumpida y para llegar a la primera estación había que recorrer otros cuarenta kilómetros. En el lugar estaba ya el rey con todas las autoridades del séquito y sus automóviles estaban parados. Don Orione comenzó a subir a los niños a algunos coches para ir a la estación. Los carabineros de guardia se oponían, pero don Orione parecía no hacerles caso y seguía subiendo a los niños. Mientras tanto llegaba el rey con su séquito para subir a los coches. Don Orione se presentó respetuosamente y le expuso el motivo por el que estaba subiendo a los pequeños huérfanos a los automóviles. El rey aceptó el deseo de don Orione y le permitió que transportara a los pequeños. Don Orione subió con ellos en el primer tren y los acompañó a Roma a la Casa de Santa Ana de los Palafreneros. Sólo en 1916, como ya he dicho, puedo decir que conocí a don Orione. En aquel año, para terminar el Instituto, me habían metido en un colegio dirigido por religiosos muy estrictos. Algo antes de Navidad, sin ningún motivo plausible, me escapé del colegio. Me fui sin darme cuenta de lo que estaba haciendo y sin ninguna meta, simplemente porque, en un momento dado, vi la puerta del patio abierta. Tenía pocas liras en el bolsillo y, naturalmente, iba sin equipaje. Me alojé en el desván de un pequeño hotel, cerca de la estación. Allí me quedé tres días, y me pasaba el tiempo viendo llegar y salir los trenes. Mientras tanto, mi ausencia del colegio fue denunciada a la Comisaría y al tercer día me encontró un policía que me devolvió al colegio, en espera de una respuesta de mi abuela, que, como tutora, era la que tenía que decidir sobre mi futuro. La respuesta de la abuela no tardó mucho; me decía que un tal don Orione estaba dispuesto a aceptarme en su colegio. Se había fijado el encuentro, a través de mi director, en la estación central de Roma, donde, en el día y hora establecidos, encontré a un cura desconocido, no el que yo había visto el año antes entre los escombros de mi pueblo, y yo pensé que don Orione no había podido venir. Se echó al hombro mi equipaje y tomamos el tren. Visto que teníamos que viajar toda la noche, me preguntó si llevaba conmigo algo de leer y si quería un periódico. L’Avanti, respondí yo. Era difícil imaginar una respuesta más impertinente por parte de un colegial. Pero, sin inmutarse, aquel cura bajó del tren y poco después volvió a aparecer y me entregó el periódico. «¿Por qué no ha venido don Orione?», le pregunté. «¡Soy yo don Orione!», me dijo. «Perdóname que no me haya presentado». Me quedé bastante mal por aquella inesperada revelación. Escondí enseguida el periódico y balbuceé algunas excusas por mi presunción de poco antes y por haberle dejado que llevara las maletas. Él sonrió y me confesó su felicidad por poder llevar a veces las maletas. Utilizó una imagen que me gustó enormemente y me conmovió: «Llevar las maletas como un burrito», y me confesó: «Mi vocación –es un secreto que te quiero revelar– sería poder vivir como un auténtico asno de Dios, como un auténtico asno de la Divina Providencia». Así comenzó entre nosotros un diálogo que, salvo alguna breve pausa, duró toda la noche. Don Orione, pese a que nunca antes nos habíamos visto, hablaba con una sencillez, una naturalidad, una confianza desconocidas hasta entonces para mí. Sólo por la noche, cuando se dejó encendida sólo una lámpara, los rasgos de don Orione volvieron a parecerse a los que yo había visto un año antes en mi pueblo. Se lo dije, le recordé la circunstancia de los coches reales. Él me contó sus fatigosas peripecias de aquellos días; me contó que había tardado veintisiete días en recorrer toda la comarca devastada, durante los cuales no había dormido en cama ni había conocido una noche entera de reposo, sino sólo algunas horas en camastros improvisados, sin quitarse los zapatos para no congelarse. En cuanto reunía cierto número de huérfanos o de muchachos abandonados, se los llevaba a Roma y luego volvía inmediatamente al lugar del desastre para salvar a otros. Me hablaba de su mísero origen: su padre hacía un oficio humilde, peó­n caminero, y él de muchacho lo había ayudado a veces en el ingrato oficio.
También más tarde, cuando ya había sido aceptado en el seminario diocesano, para poder tener alojamiento gratis, había tenido que hacer de monaguillo en la catedral. Me contó varios episodios conmovedores sobre su adolescencia. Recordó, entre otros, el primer viaje a Roma para ver al Papa, sólo con un trozo de pan hecho en casa, y cinco liras. Yo sentía un placer infinito oyéndolo hablar de aquella manera: sentía una paz y una serenidad nuevas. Lo que se me quedó grabado era la tranquila serenidad de su mirada. La luz de sus ojos tenía la bondad de alguien que en la vida ha sufrido pacientemente todo tipo de tribulaciones, y por eso conoce las penas más secretas. En ciertos momentos tenía la impresión de que él veía en mí mucho más claro que yo, que incluso veía en mi futuro. «Quisiera decirte algo que no deberías olvidar», me dijo en un momento dado. «Acuérdate de esto: Dios no está sólo en la iglesia. En el futuro no te faltarán momentos de triste desesperación. Aunque te creas solo y abandonado, no lo estarás. ¡Acuérdate de esto!». Me di cuenta de que sus ojos brillaban por las lágrimas. Nunca había encontrado a una persona adulta que se abriera tan sincera y llanamente con un muchacho. Llegamos a San Remo hacia mediodía. Por la noche, cuando don Orione tenía que volver a partir, oí que le encargaba a alguien que me buscara, porque quería despedirse, pero yo me escondí. No quise que me viera llorar. Pocos días después, la mañana de Navidad, recibí su primera carta, una larga, afectuosa y extraordinaria carta de doce páginas. Don Orione me contó, en uno de los viajes que hicimos juntos, que había llegado a Avezzano la noche del 19 de septiembre, uno o dos años después del terremoto, y al día siguiente salió para decir misa. Terminada la misa, llegó una invitación del obispo. Este le preguntó si había sido él quien había llevado la bandera que estaba en el Patronato. Don Orione aseguró que no la había llevado él. Pero el obispo le advirtió que nunca más volviera a ir a la diócesis de los Marsi mientras él viviera. Don Orione lo contaba con tranquilidad, pero con tristeza. Tenía yo casi veinte años y trabajaba de periodista en un periódico muy combatido, por lo que vivía miserablemente, sin que nadie lo supiera. El día de Navidad fui a comer a una trattoria, con poquísimo dinero en el bolsillo, pero al final la cuenta superó la cantidad de la que disponía. El dueño me dijo que le diera mi viejo impermeable como garantía por el dinero que faltaba. Fuera llovía. Salí y me acordé que pocos días antes había visto a don Orione pasar en carroza. Decidí ir a buscarlo a Santa Ana, esperando encontrarlo. El portero me aseguró que estaba, pero no me dejaba entrar. Insistí y mientras hablaba con él, don Orione bajó y después de saludarme se metió una mano en el bolsillo y me dio una cantidad algo superior a lo que debía pagar. Gesto singular el de don Orione, a quien hasta aquel día nunca le había pedido dinero. En un viaje de Cuneo a Reggio Calabria, en el que le acompañé, don Orione quería pararse en Roma porque no tenía dinero para seguir. Pero en la estación de Roma un señor se le acercó y le entregó un sobre. Don Orione, después de darle las gracias, exclamó: «Ahora podemos seguir». Era impresionante su manera de creer en Dios, más presente que las cosas reales, y la caridad que hacía posible el contacto con los interlocutores, cuyo futuro, en ciertos casos, preveía. Dicho esto, y antes de que se le interrogara sobre los artículos, el testigo declaró: «He dicho todo lo que sé de don Orione y no tengo nada más que añadir».


Ignazio Silone
(Roma, 10 de noviembre de 1964, transcripción de su testimonio en el proceso de beatificación de don Orione)




Ignazio Silone, seudónimo del escritor italiano Secondo Tranquilli, nació en Pescina dei Marsi, L’Aquila, el 1 de mayo de 1900 y falleció el 22 de agosto de 1978. En 1915 tuvo que abandonar sus estudios a causa de un terremoto en la Marsica en el que murieron su padre y sus hermanos. Fue miembro de las Juventudes Socialistas y editor del periódico socialista de Roma Avanguardia. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano (1921), al que representó en el Komintern hasta que abandonó la militancia en 1930 por estar en desacuerdo con las purgas. Dirigió el semanario Vanguardia de Roma y Il Lavoratore, un diario de Trieste. Entre 1930 y 1945 vivió exiliado en Suiza y en 1933 se dio a conocer internacionalmente como novelista con Fontamara. Tras su regreso a Italia, después de la Segunda Guerra Mundial, reanudó su actividad política como miembro del Partido Socialista, siendo diputado de la Asamblea Constituyente de 1945. Antes de su muerte, Ignazio Silone fue presidente de la Asociación para la Libertad de la Cultura en Italia. Sandro Pertini consideró a Ignacio Silone, “el ejemplo de una figura más representativas de la lucha por la libertad, la democracia y la justicia social”.

MAYO 2009

AMIGOS DE DON ORIONE CORDOBA
Queridos Amigos, F E L I Z P A S C U A . . . . .

Como ya les anticipara nuestro asesor el Padre José Ciccoli, lamentablemente no se llevara a cabo nuestro 32º Encuentro de Amigos 2009. en la ciudad de Tucumán como estaba programado. Se nos ha encomendado a los Amigos de Córdoba su organización, gracias a Dios hemos comenzado a trabajar. A continuación les anticipamos lo que conseguimos.


LUGAR. Villa Giardino. CBA.
HOTEL. Colonia Luz y Fuerza.
FECHA. Sábado 12 y Domingo 13 de Septiembre
COSTO. 150.- Pesos -
INCLUYE. Alojamiento –Almuerzo – Cena – del sábado
Desayuno y Almuerzo – del Domingo.
Nos encomendamos en vuestras oraciones para lograr con la ayuda de DIOS un hermoso encuentro y contar con la presencia de todos ustedes. Próximamente les enviaremos más información.
Reciban un fraternal saludo.

AVE MARIA Y ADELANTE.

Roberto R. Nassif - Coordinador Nacional

domingo, 12 de abril de 2009

ABRIL 2009

ABRIL 2009


Hermanos míos, muy queridos y amados, me parece escuchar las campanas de mi Patria lejana, que suenan a gloria por las ciudades y pueblos: su himno despierta en mí los recuerdos más santos: cantan la Resurrección de Cristo y me hacen llorar de fe, de alegría, de amor a Dios, de amor a ustedes, de amor a nuestra Italia. Hermanos, que este eco de alegría, no sea, para mí y para ustedes, un simple recuerdo de que hace veinte siglos resucitaba Jesús a una vida nueva, sino que haga resucitar nuestra alma a una vida espiritual muy alta. Animo, hermanos míos: sursum corda! sursum corda! ¡arriba los corazones! y adelante, siempre adelante en el bien! Christus heri, hodie et in saecula! Cristo ayer, hoy y siempre ! ¡Feliz Pascua! ¡Feliz Pascua a todos! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Que la bendición de este pobre sacerdote, amigo y padre de todos ustedes, sea un auspicio de aquella bendición grande que Dios misericordioso querrá concederles en el día infinito del santo Paraíso.

¡Cristo ha resucitado!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Feliz Pascua a todos y a cada uno!

(SAN LUIS ORIONE)

ABRIL 2009



REGINA COELI (REINA DEL CIELO)

V.-Alégrate, Reina del Cielo; aleluya
R.-Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya
V.-Ha resucitado, según predijo; aleluya
R.-Ruega por nosotros a Dios; aleluya
V.-Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya
R.-Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
Oración: Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, te has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna.
Por el mismo Cristo nuestro Señor.
R.-Amén

ABRIL 2009

19 DE ABRIL DE 2009 :

“DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA”

Que nunca olvide que el ministerio que se me ha confiado es ministerio de misericordia, y sepa tener yo para con mis hermanos pecadores un poco de esa caridad infatigable que tantas veces tuviste con mi alma, oh Dios grande en Misericordia" (San Luis Orione)

ABRIL 2009



32º ENCUENTRO NACIONAL
DE LOS AMIGOS DE DON ORIONE
12 Y 13 DE SEPTIEMBRE 2009
LUGAR:
CORDOBA
LEMA:
“AMIGOS SON UN CENACULO DE ALMAS”

jueves, 9 de abril de 2009

ABRIL 2009



16 de abril de 1927, nacimiento de Joseph Ratzinger.
19 de abril de 2005 el Cardenal Ratzinger
es electo Obispo de Roma
tomando el nombre de BENEDICTO XVI


«Queridos hermanos y hermanas: después del gran Papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor. Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes, y sobre todo me encomiendo a vuestras oraciones. En la alegría del Señor resucitado, confiando en su ayuda continua, sigamos adelante. El Señor nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado. ¡Gracias!» (Bendición Urbi et Orbi (19 de abril de 2005)

“Y entonces, habrá una palabra, un pensamiento, un único latir de los siglos: ¡Jesucristo! Una sola fe, un solo bautismo, un solo Pastor: ¡Jesucristo en su Vicario, el Papa!” (Don Orione).

ABRIL 2009



30 DE ABRIL : SAN JOSÉ BENITO COTTOLENGO

La verdad es —nos contaba un sacerdote venido de Italia— que aquel día casi me enfadé con unas religiosas muy santas pero muy fastidiosas. Fui a la bella y gran ciudad de Turín, tuve interés especial en ver la “Piccola Casa”, la Pequeña Casa, de San José Benito Cottolengo, y me marché desilusionado. Entré en la iglesia, y pregunté a la primera religiosa que vi: -¿Cuántos son ahora los enfermos que tienen en la Casa? Y ella, con una gran tranquilidad: -¡Ay, no lo sé!... Yo, algo contrariado, insisto: -Bueno, si no el número exacto, dígamelo al menos aproximado. Tengo oído que son más de diez mil. Y la monjita, cada vez más terca: -No, no; es que no lo sé...
Era inútil insistir. Yo sabía que eran bastantes miles los enfermos de todas clases los hospitalizados en la “Pequeña Casa de la Divina Providencia”. Pero no podía yo molestarme. La monjita, al fin y al cabo, no hacía sino cumplir el consejo del fundador, San José Benito Cottolengo:
- No hagan cuentas de nada: ni de enfermos, ni de dinero; socorran a todos, dejando los números a la Divina Providencia.
Don José era un sacerdote y canónigo de Turín que un día vio cómo una familia inmigrante de franceses perdía a la esposa y madre, a punto de dar a luz al cuarto niño, la cual moría abandonada de todos porque nadie la quiso recibir. El hospital, dio por razón: -Embarazada, no; y tuberculosa, menos, porque así no puede ir a maternidad. El cura vio cómo se le partía el corazón al pobre esposo y el abandono en que quedaban los tres niños. ¿Qué hacer entonces?... Llega a su iglesia, y ordena al sacristán: -Repica fuerte las campanas, y prende todos los candeleros del altar de la Virgen de las Gracias. -¿A estas horas, Padre?... Acudió un grupo de personas, todas extrañadas por aquel acto improvisado de culto. Cantan la Letanía de la Virgen, y exclama el Cura Párroco: -¡La gracia está concedida, la gracia está concedida! La Virgen lo ha hecho todo...
Había prendido la chispa en su mente, sugerida por la Virgen María, que le inspira: -Abre una casa para los pobres y los enfermos rechazados de todos. Y Don José Benito Cottolengo: -¿La Virgen lo manda? Luego, es cosa hecha. Pone manos a la obra, y en dos habitaciones alquiladas frente a su iglesia mete a los primeros enfermos. Nuevos alquileres, y los enfermos ya no caben… Se echa el cólera, y la gente empieza a protestar: -¡Fuera! ¡Fuera esos enfermos! Que el contagio va a ser mucho mayor... Y Cottolengo, con frío humor, comenta: -¿Saben lo que hacen los campesinos de mi pueblo? Para que crezcan las coles, las trasplantan a otro lugar. Así que, yo me voy de aquí. No tenía un centavo, pero fiado en la Divina Providencia, adquiere los terrenos baldíos de Valdocco, donde no había más que alguna casucha abandonada, y donde, unos años más tarde, Don Bosco iniciará también su obra del Oratorio.
Empiezan las construcciones sin saber nadie de dónde ni cómo vienen los recursos. El caso es no rechazar a ningún enfermo que se presente. Instituye las Hermanas Vicentinas y una agrupación distinta para cada clase de necesidades. No se llevan ningunas cuentas.
Al sacerdote que sería su sucesor, le había dado este consejo: -No lleven cuentas de lo que les manda la Divina Providencia, porque Ella sabe llevar los registros mejor que nosotros. No cuenten ni tan siquiera el número de los hospitalizados. No se metan en los asuntos de la Divina Providencia. Y esto lo cumplió cierto día de una manera que se ha hecho célebre. Se le presenta la Superiora de las Hermanas: -¿Qué hacemos? En casa no hay más que esta moneda de veinte francos. La mira Cottolengo: -¡Que moneda más bella! Ya verás cómo va a cosechar muchas más monedas. La agarra el santo, la tira por la ventana bien lejos al campo, de modo que ahora no quedaba nada para atender a tantísimos enfermos. Cottolengo añade festivo: -Ya verás, tonta, cómo hemos hecho hoy un buen negocio. Al anochecer, se le presentaba un visitante con una fuerte suma. Y ahora, a la Hermana: -¿Ves? Ya te dije que hoy íbamos a hacer un negocio grande. Toma, y paga todos los gastos.
Era la táctica de Cottolengo, que decía: -Si tenemos dinero, confiamos en él y no en la Divina Providencia. Para que las cuentas corran a cargo de la Providencia de Dios, no debemos tener nada. Por eso, para recoger las donacioones que llegaban, construyó y abrió las tres famosas cajas fuertes. La primera, un cofre colocado junto a la cocina; la segunda, las gavetas de su escritorio, siempre abiertas y sin llave en la cerradura; la tercera, un saquito de tela sobre el sillón de su mismo despacho. Tenía dada a todos la orden: -Vayan echando dentro de las tres cajas fuertes lo que llegue, y paguen los gastos tal como se presenten.
El sacerdote Don Luis hubo de suplir unos días a su hermano José Benito, que le dijo al marchar: -Toma de esa bolsa lo que se necesite para los gastos. Verás cómo te llega para todo. Decía después el bueno de Don Luis: -Los gastos de aquellos días fueron inmensos. Yo no sé, pero nunca faltó el dinero en aquella bolsa de tela, la tercera caja fuerte.
Agotado por el trabajo, José Benito Cottolengo moría a sus 56 años el 30 de Abril de 1842. Dejaba en la Pequeña Casa de la Divina Providencia a más de 1.300 enfermos hospitalizados. Su sucesor los elevó a más de 3.000. Con el siguiente encargado pasaron a 4.000. El número ha ido siempre en aumento. Había dicho Don José Benito Cottolengo: -Nadie es necesario aquí. Muerto yo, la Divina Providencia derribará la tapia de un solo puntapié, hará entrar a los que quiera y las cosas irán mejor.
El milagro continúa después de siglo y medio. Pasma la fotografía de una vista aérea de la “Ciudad de la Caridad” en que se ha convertido la “Pequeña Casa de la Divina Providencia”. ¿Cuántos son los enfermos que albergan esas inmensas edificaciones? La monjita no se lo decía al sacerdote porque quizá no lo sabía. Lo que sí sabía, y muy de memoria, era el consejo de San José Benito Cottolengo: -Amen a los pobres, que son nuestros amos. Y los dueños “dueñísimos” son los enfermos rechazados por todos. Ante el trabajo, digan siempre: “¡Gracias a Dios! ¡El Cielo, el Cielo!”... Y cuando les llamen los enfermos, corran, diciendo: “Jesús me llama, es Jesús quien me quiere, voy a ver a Jesús”...

sábado, 14 de marzo de 2009

MARZO 2009


crónica de una despedida

los últimos días de vida de Don Orione

Autor: DON FLAVIO PELOSO

Don Orione durante la notte del 9 febbraio 1940 ha un violento attacco di angina pectoris con senso di soffocamento.

Don Orione en la noche del 9 de febrero de 1940 tuvo un violento ataque de angina de pecho con una sensación de asfixia. Don Camillo Bruno gli porta il “Viatico” e poi l’ “Unzione degli infermi”. Don Camilo Bruno trae el "Viático" y luego la "Unción de los Enfermos." Dopo i soccorsi medici immediati, solo il giorno dopo può essere dichiarato fuori pericolo. Después de la asistencia médica inmediata, al día siguiente sólo podrá ser declarado fuera de peligro. Fu deciso il trasferimento dalla sua stanza fredda alla “stanza dell’orologio”. Se decidió la transferencia de su habitación fría a la "sala del reloj."
Seguono giorni di grande preoccupazione per le ripetute crisi respiratorie e di angina pectoris. Tras días de gran preocupación por las reiteradas crisis respiratorias y la angina de pecho. Confratelli e medici concordano sull’opportunità di un periodo di riposo nel clima mite di Sanremo. Hermanos y médicos acuerdan un período de descanso en el clima suave de San Remo. Ma come chiederglielo? Pero, ¿cómo preguntar?
Si incaricano il professor Manai di Alessandria e il dottor Codevilla: Åre Manai profesor responsable de Alejandría y doctor Codevilla:
“Ho saputo che avete due case a Sanremo. "Me enteré de que tiene dos casas en San Remo. È una Provvidenza, vedete. Se trata de una providencia. Bisogna andare a Sanremo per trascorrervi qualche settimana di convalescenza”. Tienes que ir a San Remo para pasar unas semanas de convalecencia ".
“A Sanremo, no!”. "A San Remo, no!".
Vedendo la meraviglia dei due dottori a quel rifiuto netto, Don Orione spiega: Al ver la maravilla de los dos médicos en este claro rechazo, explica Don Orione:
“Io voglio stare tra i poveri”. "Quiero estar entre los pobres."
E poi, fattosi pensoso chiede: Y luego, hizo cuidadosamente una pregunta:
“Perdonatemi, è un sacerdote che vi prega di essere espliciti. "Perdóname, soy un sacerdote, por favor sea explícito. Dite la verità: Sono alla fine dei miei giorni?”. Diga la verdad: estoy en el final de mis días? ".
“No, no, perché questa domanda?” "No, no, porque esta pregunta?"
“Perché, se così fosse, io voglio togliermi anche da questa stanza troppo di lusso e morire nella povertà. "¿Por qué, si es así, yo también fuera de esta sala demasiado lujosa y morir en la pobreza. Io sono un povero figlio di campagna, mio padre era selciatore di strade, tutta la mia famiglia era povera… Io qui non ci devo stare”. Yo soy el hijo de una pobre campaña, mi padre era empedrador de carreteras, toda mi familia era pobre ... voy allí me quedo ".
“Ma dove volete andare?” "Pero tú quieres ir?"
“Se è per uscire di qui io voglio andare a morire fra i poveri, all’istituto di Borgonovo. "Si es que salir de aquí quiero ir a morir entre los pobres, el establecimiento de Borgonovo. Là ci sono tanti ragazzetti senza nessuno, abbandonati, raccolti dalla Provvidenza. Hay muchos chicos, abandonados, recolectados a partir de la Providencia. Voglio morire attorniato da quei figli, in una casa che vive e pratica la povertà”. Quiero morir rodeado de los niños en una casa donde se vive y práctica la pobreza. "
Il dottor Codevilla non trattiene le lacrime e anche il professore ha gli occhi lucidi. Dr. Codevilla no puede retener las lágrimas y el profesor tiene ojos transparencias.
Rimasto solo con don Bariani, Don Orione chiede se don Sterpi sia a conoscenza di quella proposta. Solo con Don Bariani, Don Orione pregunta si Don Sterpi es consciente de esa propuesta.
“Signor direttore, lei sa che non si fa nulla senza informare don Sterpi”. "Señor Director, usted sabe que no se hace nada sin informar a Don Sterpi".
Don Orione comprende. Don Orione entiende. Perché sottrarsi all’invito di don Sterpi che per lui ha il valore di una obbidienza? Para escapar, porque, de Don Sterpi hace un obediencia? L’obbedienza vale bene il sacrificio. La obediencia es que vale la pena el sacrificio.
6 de marzo:
È la festa di San Marziano. Es la fiesta de San Marziano. Don Orione si alza e celebra la Messa, poi va in duomo a pregare sull’urna del santo. Don Orione se levanta y celebra la Misa, luego se va a rezar en la catedral. Chiede a chi l’accompagna: “Andiamo a salutare la Madonna”. Él pide que lo acompañen: "Vamos a saludar a la Virgen." E si fa condurre al santuario della Madonna della Guardia. Y llegará al santuario de la Madonna della Guardia. A mezzogiorno è a pranzo con i confratelli; sul tavolo, davanti a lui, gli fanno trovare la statua antica della Madonna della Divina Provvidenza, quella del primo collegetto. Al mediodía es el almuerzo con los hermanos, sobre la mesa antes que él, se encuentran la antigua estatua de Nuestra Señora de la Divina Providencia.
7 Marzo7 de marzo: Al Paterno di Tortona, Don Orione è pronto a partire per S.Remo. Paterno a Tortona, Don Orione está dispuesta a ir a San Remo. Chiama Giuseppe Zambarbieri e gli fa mettere in ordine il registro delle Messe.
8 Marzo- Poi, si reca a San Bernardino, prega in Santuario, visita i piccoli probandi, i chierici, le Piccole Suore Missionarie della Carità e le Sacramentine cieche: per tutti c’è un saluto e una parola buona.- Nel pomeriggio incontra gli undici chierici che riceveranno l’indomani il diaconato: ”Sentendoci venir meno le forze e la vita che se ne va, noi anziani possiamo avere un conforto guardando a voi ai quali affidiamo il Vangelo, la croce, la stola, l’altare, tutto...”- Dopo le preghiere della sera, nella cappella del Paterno, dà l’ultima “buona notte”: “la mia vita è attaccata a un filo e tutti i momenti possono essere gli ultimi...- Torna nuovamente in camera: quando ne esce, affida la chiave all’incaricato. - Vuelve de nuevo a la habitación: cuando sale, da la llave al encargado.- Don Orione scende dalla camera.- Al risveglio è sereno, e quasi ilare.

8 de marzo: - Al mattino, vestendosi, commenta: “Povera la mia veste, non ne può proprio più, come la mia vita”. - Por la mañana, dijo: "Pobre mi papel, ya no puede, al igual que mi vida".
- Va a visitare il Vescovo, sale ancora una volta le scale dell’episcopio, testimoni di tanti affetti e progetti della sua vita. - Ir a visitar al Obispo, la salida, una vez más, la escala del Episcopado, los testigos y el sufrimiento de tantos proyectos de su vida.
- Poi, si reca a San Bernardino, prega in Santuario, visita i piccoli probandi, i chierici, le Piccole Suore Missionarie della Carità e le Sacramentine cieche: per tutti c’è un saluto e una parola buona. - A continuación, se trasladó a San Bernardino, a orar en el santuario, visitar el pequeño noviciado, a los clérigos, a las Hermanas Misioneras de la Caridad y Sacramentinas ciegas: para todos es un saludo y una buena palabra.
- Nel pomeriggio incontra gli undici chierici che riceveranno l’indomani il diaconato: ”Sentendoci venir meno le forze e la vita che se ne va, noi anziani possiamo avere un conforto guardando a voi ai quali affidiamo il Vangelo, la croce, la stola, l’altare, tutto...” - En la tarde se reunieron los once clérigos que recibirán al día siguiente el diaconado. - Dopo le preghiere della sera, nella cappella del Paterno, dà l’ultima “buona notte”: “la mia vita è attaccata a un filo e tutti i momenti possono essere gli ultimi... Después de las oraciones de la noche en la capilla del Paterno da el último "buenas noches": "mi vida está conectada a un cable y todos los momentos pueden ser los últimos ... Non è tra le palme che voglio vivere e morire, ma tra i poveri che sono Gesù Cristo!”. No es entre las palmeras que quiero vivir y morir, pero si entre los pobres que son Jesucristo ".
9 Marzo9 de marzo: - All’alba Don Orione celebra la Messa al Paterno. Don Orione se celebra Misa en el Paterno. Poi va da Don Gatti: ”Desidero fare la mia confessione”. Entonces ve a Don Gatos: "Quiero hacer mi propia confesión."
- Torna nuovamente in camera: quando ne esce, affida la chiave all’incaricato. - Vuelve de nuevo a la habitación: cuando sale, da la llave al encargado.
- Don Orione scende dalla camera. - Nel corridoio sono schierati in due file sacerdoti e chierici commossi; egli sorride a tutti, affretta il passo visibilmente emozionato. En el pasillo se alinean en dos filas sacerdotes y clérigos, sonríe a todos, acelerar el ritmo visiblemente emocionado. Scivola nell’automobile. Resbalones en el coche. Alla stazione, poi il treno, la solitudine. En la estación de tren, la soledad. Accanto a lui rimane il chierico Modesto. Junto a él, el clérigo Modesto.
-
- Villa Santa Clotilde, Sanremo: il pensionato è tra le palme, si sente il mare che respira vicino.Giungendo a Villa Santa Clotilde, la prima visita di Don Orione è per la cappella. Al llegar a Villa Santa Clotilde, San Remo, la primera visita de Don Orione es a la capilla. Per un guasto, la luce non funziona. Una falla, la luz no funciona. Poi va a riposare. Luego va a descansar.
- Al risveglio è sereno, e quasi ilare.10-11 marzo: Don Orione segue l’orario di comunità, in cappella e nella casa. Don Orione sigue el calendario de la comunidad, en la capilla y en la casa. Prega e scrive molto. Ora y escribe mucho.
11 Marzo11 de marzo: Alle 14,30, arriva a Sanremo Don Umberto Terenzi, su suggerimento di Don Luigi Orione e Padre Pio da Pietrelcina : incontra Don Orione tutto festoso e cordiale. A las 14.30, en San Remo llega Don Umberto Terenzi, Don Orione se reúne todo festivo y amistoso. Si scambiano notizie. Intercambia noticias. Don Orione si ritira a scrivere fino alle ore 19. Se retiró a escribir hasta 19 horas. A cena, parla degli avvenimenti gravi dell’ora, specialmente della Polonia. En la cena, habla de los graves acontecimientos de la hora, especialmente en Polonia. Poi tutti vanno a dormire. Luego todos van a dormir.
12 Marzo12 de marzo: - Don Orione celebra la Messa servita da Modesto. Don Orione celebra la Misa con Modesto. Don Terenzi, dopo la Messa si reca in sacristia per celebrare a sua volta e, “vistomi solo a vestirmi – racconta - Don Orione mi aiutò; poi si mise in ginocchio per terra a mani giunte, come un chierichetto composto, e rimase lì a servirmi Messa fino al Vangelo; poi acconsentì a lasciare il posto a Modesto”. - Le ore della mattinata passano e la penna di Don Orione non si ferma. - Las horas de la mañana pasa con la pluma. A mezzogiorno si fa chiamare più volte, ma non si cura che la minestra si freddi, dice di non pensare a lui e di mangiare tranquilli. Al mediodía lo llaman varias veces, pero no le importa que la sopa esté fría, dice que no piensa en él y comer en paz.
- Appena iniziato il pranzo, arriva il canonico Perduca con il chierico argentino Merino, Don Orione va a salutarli e porta loro il vino ei bicchieri. - Así comenzó el almuerzo, la comida se sirve con el clérigo Merino Perduca de Argentina, Don Orione va a saludarlos y les aporta el vino y vasos. Torna a tavola e continua il colloquio con Don Terenzi: vivacissimo parla quasi sempre lui. Vuelve a la mesa y continuó la entrevista con Don Terenzi: animado habla casi siempre de él. Don Terenzi decide di partire alle 20,30 da Sanremo. Don Terenzi decide salir a las 20.30 horas de San Remo.
- Sono le ore 20: Don Orione si preoccupa che Don Bariani accompagni Don Terenzi alla stazione, poi lo abbraccia: “Crescete nell’amore della Madonna e spargetelo dappertutto!”. -Don Orione se ocupa que acompañen a Don Terenzi a la estación.
- Don Orione torna alla scrivania: scrive a Don Zanocchi, poi ad un benefattore al quale dice: ”Spero di poter riprendere presto il mio modesto lavoro per la fanciullezza bisognosa di fede e di un’arte che dia pane, e per i nostri cari poveri...”. -Va a su escritorio: él escribió a Don Zanocchi: "Espero volver pronto a mi humilde trabajo, la infancia necesita de la fe y de un arte que de el pan, y para nuestros seres queridos pobres ...".
- Va in camera e si dispone a dire le preghiere. –Va a su habitación y dice las oraciones- Ore 21,30: Don Orione scrive ancora un poco. - 21.30 Hs.: Don Orione escribe un poco. Modesto va ad augurargli la buona notte e si ritira lasciando la porta semiaperta. Modesto le desea buenas noches y se retiró, dejando la puerta media abierta.
- Ore 22,30: Modesto ode un lamento. -22.30 Hs.: Modesto oye un gemido.Accorre. Don Orione sta male. Don Orione está mal. Somministra la coramina, poi l’ossigeno. Le administran unas gotas de coramina y le ofrecen oxígeno, le acercan una poltrona y lo dejan caer en ella, un sudor frío le caía abundante deslizándose de la frente inclinada. Un sudor frío de muerte. Il sudore freddo cade dalla fronte reclinata di Don Orione che, sereno, nonostante la sofferenza fisica, esclama con gli occhi rivolti al cielo: “Gesù… Gesù... : "Jesús, Jesús ... Vado”. Reclina la testa. Sono le 22,45 del 12 Marzo 1940 . voy” como el que responde a un llamado. Elevó los ojos al cielo, sin pena reclinó la cabeza hacia delante sobre el rostro de Modesto, en el sueño de la muerte. Eran las 22:45 horas del 12 de marzo de 1940.-

MARZO 2009



12 DE MARZO

“ANIVERSARIO FALLECIMIENTO
DE DON ORIONE”
LA OBRA DE DON ORIONE:
“UNA GRAN FAMILIA FUNDADA EN EL AMOR Y LA SOLIDARIDAD”


“La Pequeña Obra de la Divina Providencia ha de ser como una familia en Jesucristo”. Estas palabras de Don Orione son para sus hijos e hijas, herencia y desafío a la vez. El espíritu de familia vivido y transmitido por nuestro Padre Fundador es una nota singular del carisma orionita y tiene su raíz profunda en la persona de Jesús. “Para aumentar la Gloria del Señor no es suficiente con ser muchos; es necesario que los muchos estén unidos en el Señor con un corazón solo y en un alma sola . . . Es la Caridad, el Amor de Dios que nos impulsa a tomarnos fraternalmente las manos para caminar unidos”. Familias de brazos abiertos: siempre se dice que los santos se adelantan a su tiempo, ofreciendo con su vida respuestas a necesidades de su época y también para el futuro. El deseo de Don Orione de una fraterna unidad con la “Gran Familia” y aun con la humanidad toda, fue y es un legado y un desafío, a la luz de los cuales los hijos y las hijas de Don Orione, laicos y religiosos. Para ser fieles al carisma de nuestro Padre Fundador tenemos que ser siempre una Familia de Brazos Abiertos”. Esto es, personas convencidas acerca del valor del amor y la fraternidad hacia dentro, pero con actitud y opciones claras de apertura y servicio hacia fuera. El testimonio de la santidad de Don Orione es hoy una verdadera invitación a seguir construyendo la familia, a crear y recrear espacio de comunión, en respeto y tolerancia, en dialogo y escucha, en contención y afecto. Y haciéndolo desde nuestra identidad: ser familia en Jesús, un hermoso y apasionante camino que la vida de Don Orione nos muestra; “Una comunión bella y fuerte donde vive la dulce concordia de los corazones y la paz, no puede ser querida y deseable. Este es el espíritu que Don Orione imprimió a su Obra desde la primera hora y que nosotros debemos alimentar y difundir, con alma y los brazos siempre abiertos, para sumar y sumarnos a quienes buscan, y trabajar para, como quería nuestro santo:”Hacer siempre el bien a todos …”

MARZO 2009


Vivamos la cuaresma en oración, reconciliación y conversión. Meditemos la Cruz de Cristo con este pensamiento:

¡La compasión! ¡Que sentimiento más noble! ¿Felices los solidarios? ¿Felices los que ayudan al que esta caído? No felices los compasivos. Otro tranquilizante para la conciencia. . . Digan “¡Que barbaridad! ante las calamidades de los que sufren y vayan tranquilos a seguir con lo suyo, y a meterse en su mundo. Compadézcanse, si. ¿Cómo no va a ser compasivo un cristiano? Muy loable, pero es una forma mas de disfrazar el egoísmo y de fomentar la quietud y la inoperancia. La compasión es suficiente para sentirse bien. Y por si acaso alguien lo interpreta de otra manera, afirman que compadecerse es padecer con el otro. Obvio no se les ocurre decir que deben levantarle el animo o tratar de sacarlo del pozo, … no. ¡Padezcan con el! ¡Sumérjanse con el! Sufran así todos serán felices.


(Fuente: “Bienaventuranzas de los creyentes” de Juan Carlos Pisano.

MARZO 2009



ORACIÓN POR LA MUJER


Gracias, Dios Padre Bueno, por el amor que nos tienes; porque nos has creado a tu imagen y semejanza en la condición de varón y mujer; para que, reconociéndonos diferentes, busquemos complementarnos el varón como apoyo de la mujer y la mujer como apoyo del varón.
Gracias, Padre Bueno, por la mujer y su misión en la comunidad humana.

Te pedimos por la mujer que es hija: que sea acogida y amada por sus padres, tratada con ternura y delicadeza.
Te pedimos por la mujer que es hermana: que sea respetada y defendida por sus hermanos.
Te pedimos por la mujer que es esposa: que sea reconocida, valorada y ayudada por su esposo, compañero fiel en la vida conyugal; que ella se respete y se dé a respetar, para vivir ambos la comunión de corazones y anhelos que se prolongan en la fecundidad de una nueva vida humana, participando así en la máxima obra de la creación: el ser humano.
Te pedimos por la mujer que es madre: que reconozca en la maternidad el florecimiento de su feminidad. Creada para la relación, sea sensible, tierna y abnegada en la educación de cada hijo; con la dulzura y la fortaleza, la serenidad y la valentía, la fe y la esperanza que van forjando la persona, el ciudadano, el hijo de Dios.
Te pedimos por las mujeres buenas y generosas que han entregado su vida para realizar la nuestra.
Te pedimos por las mujeres que se sienten solas, por las que no encuentran sentido a su vida; por las marginadas y usadas como objeto de placer y de consumo; por las que han sido maltratadas y asesinadas.
Te pedimos, Padre Bueno, por todos nosotros, varones o mujeres; que nos sepamos comprender, valorar y ayudar mutuamente, para que en la relación, amable y positiva, colaboremos juntos al servicio de la familia y de la vida.
Te lo pedimos por intercesión de la siempre Virgen María de Fátima, Mujer, Esposa y Madre Buena, llena de fe humilde y valiente, que nos acompaña, sostiene y conduce a tu Hijo Cristo Jesús, el cual vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

(Envió Hna. María Teresa Simionato)

jueves, 12 de febrero de 2009

FEBRERO 2009

Don Orione y la Virgen de Lourdes

* El 11 de febrero de 1858, Victorio Orione y Carolina Feltri ,los padres de Don Orione, contraen matrimonio en Pontecurone. Simultáneamente, ese mismo día, en Lourdes, hizo su primera aparición la Virgen Inmaculada. “Maria, un signo en los orígenes de la familia de Don Orione ".
• El 11 de febrero de 1903, "la fiesta de la SS. Virgen Inmaculada", escribió Don Orione y la demanda de la aprobación del Plan y programa de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.
• 11 de febrero de 1904, apertura de la primera casa en Brasil. Los misioneros habían llegado a Brasil el 2 de enero.
• 11 de febrero de 1922, Don Orione toma posesión de la primera casa en Argentina, en Victoria, la celebración de la primera misa en la iglesia de N. S. de la Guardia.
• La última Misa de Don Orione, en San Remo, Villa Santa Clotilde, en la mañana del 12 de marzo, se celebró al pie de la estatua de la Inmaculada Virgen de Lourdes.









"Vivir, palpitar, morir a los pies de la Cruz con Cristo, Beatísima Madre, haz que tus pequeños hijos, los hijos de la Divina Providencia, tengan amor; dales amor, ese amor que no es tierra sino fuego de caridad y locura de la Cruz. Danos, María, un alma grande, un corazón grande y magnánimo que llegue a todos los dolores y a todas las lágrimas. Haz que seamos verdaderamente como nos quieres tú: los padres de los pobres! Que toda nuestra vida esté consagrada a dar a Cristo al pueblo, y el pueblo a la Iglesia de Cristo; que arda y resplandezca de Cristo: y en Cristo se consuma, en una luminosa evangelización de los pobres: que nuestra vida y nuestra muerte sean un cántico dulcísimo de caridad, y un holocausto al Señor".






FEBRERO 2009

El P. Omar Cadenini, de 42 años, quien se desempeñaba como Director del Seminario de la Obra, comenzó su nueva misión junto a su Consejo Provincial, el pasado dia 1º de Febrero, para el trienio 2009-2011.

Provincia Nuestra Señora de la Guardia

CADENINI Gustavo Omar - Director Provincial

ROJAS BARRIOS Jacinto - Vicario

TORTI Jorge Horacio - Consejero y Ecónomo

GARCIA Mauricio Javier - Consejero

JIMENEZ Sergio Alejandro - Consejero

AIME Gustavo - Consejero
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FEBRERO 2009

“El amor activo y orante enseña a ver y servir a Cristo en el hombre”


El P. Flavio Peloso, Superior General de la Obra Don Orione, envió desde la Curia General (Roma, Italia) una circular titulada "Ver y servir a Cristo en el hombre" a todas las comunidades orionitas del mundo, donde religiosos, religiosas y laicos se congregan. A través de sus páginas, el Superior General va delineando la identidad de los orionitas como hombres y mujeres de oración y acción, capaces de ver y servir a Cristo en el prójimo, impulsados por un amor capaz de renunciar totalmente a sí mismo.
“Si el contacto con Dios falta del todo en mi vida, puedo ver en el otro sólo al otro y no logro reconocer en él la imagen divina. Y si en mi vida me vuelco completamente en la atención por otro, queriendo ser solamente «piadoso» y cumplir mis «deberes religiosos», entonces se reseca también mi relación con Dios”, advirtió.
Poniendo esta identidad en el contexto actual, explicó que “para Don Orione evangelizar era, antes que nada, abrir un Pequeño Cottolengo, un orfanato, era ocuparse de los niños y de los viejos”, al tiempo que señaló como “la mayor tentación de hoy es quedar inmersos también nosotros en la cultura de lo cómodo, que consiste en contentarnos con lo que hacemos, a niveles cada vez más bajos, criticando a los que corren todo el día y sufren con el trabajo, tranquilamente sentados y pasando horas frente a la TV o en el ordenador, sin hacer nada”. “Muchas veces la oposición está entre caridad (de la actividad y la oración) e indolencia o apatía”, concluyó.
Lejos de poner a Don Orione sobre el altar de la excepcionalidad y de un ideal inalcanzable, el P. Flavio citó algunos ejemplos de quienes hoy en día trabajan movidos por la Divina Providencia. “El amor al prójimo es maravilloso pero también normal, posible para todos. Todavía hoy, en el clima de desencanto individualista y burgués que influye también en nosotros religiosos, es fácil reconocer cómo, entre los hermanos, los más activos, los más celosos en la pastoral, los más generosos en darse a los demás, los más abiertos a la hora de responder a los cambios que la situación y los tiempos requieren… son aquellos que tienen más caridad, más vida de Dios, más entusiasmo, más dinamita”, enfatizó.
Para finalizar, animó a “reemprender el camino desde Cristo, enraizados y fundados en la caridad, es cuestión de vida o muerte de nuestra vida religiosa, de nuestra orioninidad”.
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