lunes, 18 de febrero de 2008



Juan Pablo II (Homilía del Santo Padre durante la Misa de la beatificación de Don Orione, Plaza de San Pedro, Vaticano, 26 de octubre de 1980)

Don Luis Orione se nos presenta como una maravillosa y genial expresión de la caridad cristiana. Es imposible sintetizar en pocas frases la vida azarosa y a veces dramática de aquel que se definió, humilde pero sabiamente, "el changarín de Dios". Pero podemos decir que fue ciertamente una de las personalidades más eminentes de este siglo por su fe cristiana, profesada abiertamente, y por su caridad vivida heroicamente. El secreto y la genialidad de Don Orione brotan de su vida, tan intensa y dinámica: ¡Se dejó conducir sólo y siempre por la lógica precisa del amor! Amor intenso y total a Dios, a Cristo a María, a la Iglesia, al Papa, y amor igualmente absoluto al hombre, a todo el hombre, alma y cuerpo, y a todos los hombres, humildes y sabios, santos y pecadores, con particular bondad y ternura para con los que sufrían, los marginados, los desesperados. Tuvo el temple y el corazón del apóstol Pablo, tierno y sensible hasta las lágrimas, infatigable y animoso hasta la intrepidez, tenaz y dinámico hasta el heroísmo, afrontando peligros de todo género, tratando a las altas personalidades de la política y de la cultura, iluminando a hombres sin fe, convirtiendo a pecadores, siempre recogido en continua y confiada oración, acompañada a veces de terribles penitencias. Un año antes de la muerte, había sintetizado así el programa esencial de su vida: "Sufrir, callar, orar, amar, crucificarse y adorar". Dios es admirable en sus Santos y Don Orione es para todos ejemplo luminoso y consuelo en la fe.MANTENGAN EL ESPIRITU DE SU FUNDADOR"El espíritu del Beato Don Orione invada sus almas, las sacuda, las haga vibrar con santos proyectos, las lance hacia los sublimes ideales que él mismo vivió con heroica constancia".






Un día . . .

4 de octubre de 1886: entra al Oratorio de Valdocco, allí conoce a Don Bosco.
16 de octubre 1889: ingresa en el Seminario de Tortona.
15 de octubre 1893: abre un pequeño colegio en el barrio San Bernardino.
26 de octubre 1980: El Papa Juan Pablo II lo beatifica, presentándolo a toda la Iglesia como "una maravillosa y genial expresión de la caridad cristiana".
Octubre de 1984: llega por tercera vez a la Argentina, ya no vivo, sino a través de su corazón que es traído en un relicario especial, para recorrer todas las comunidades.

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