viernes, 22 de febrero de 2008

Terremoto en Calabria-Sicilia


La mañana del 28 de diciembre de 1908, el terremoto destruye las regiones de Regio Calabria y de Messina, sepultando gran número de habitantes, mientras que los incendios, maremotos, lluvias, vientos fríos añaden más tormento a la terrible desgracia. Don Orione se entera de las primeras noticias por los periódicos. ¿Que será de sus jovencitos de Noto, justo al centro del desastre?
Parte solo: desembarca en Messina y allí está dos días casi sin tocar comida; va a Regio, da al Arzobispo una suma de dinero recogida al caso, puede celebrar misa y renovar fuerzas. Recoge los primeros huerfanitos y los confía al Obispo. Inicia su incansable “actividad caritativa” yendo por los pueblos y ciudades desvastadas. ¡Mas tarde confesara de haber perdido, en aquellos meses de tan dura fatiga, algún año de vida!. Pasa entre la gente enmudecida y enloquecida de dolor. A grandes voces ofrece pan e higos, conseguidos en un almacén militar demolido; ayuda en la búsqueda de victimas entre los escombros; asiste a los moribundos; sepulta a los muertos. Desde un lugar estratégico dirige los trabajos de socorro, provee y organiza. Cuando llega la Delegación Pontificia, enviada por San Pió X, encuentra a Don Orione con los trabajos ya decididamente encaminados.

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